El cuarto embarazo
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Me encanta la sala de juegos. Es un lugar al lado de la sala de espera. Tenemos juegos y juguetes para que l@s niñ@s jueguen mientras esperan ver a un@ doctor@ o enfermer@.
Un día, estaba trabajando escuché una conversación. Un niño dijo en español: "¿Hablas español?" El otro niño le dijo en inglés, "¿Eh? ¿Qué dijiste?"!
Al no poder conversar, imaginé que su relación llegaría a su fin inmediatamente. ¡Qué equivocada estuve! En lugar de ver sus idiomas como un divisor o un obstáculo, los niños lo vieron como un juego. Pronto estaban riéndose juntos, jugando y compartiendo los juguetes.
Un hombre iraquí tenía una hija que necesitaba venir a la clínica muy a menudo justo durante la etapa cuando estaba aprendiendo a hablar. Un día, el hombre iraquí nos dijo que su hija había pronunciado su primeras palabras. Para él, las palabras eran tonterías - totalmente incomprensibles. Se echó a reír cuando nos dijo que sospechaba que ¡ella estaba hablando español!
Est@s niñ@s son mis maestros. Me enseñan como podemos visualizarnos y un@s a otr@s y compartir con l@s demás, aunque provengamos de culturas diferentes y hablemos idiomas distintos.