Is It Even Worth It?
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Felisa Reyes quiere permanecer saludable para poder cuidar a sus nietos. “Ellos me necesitan.” dijo Felisa. “Su madre tiene que estar en México y yo soy la única que tienen ahorita que los puede cuidar.”
Los niños, edades 4 y 6, son niños traviesos con cualquiera, pero Felisa tiene diabetes. “Mi madre falleció a causa de diabetes,” dijo Felisa. “Un día en el trabajo perdí la conciencia y mis amigos no me podían despertar.” El nivel de azúcar en la sangre de Felisa estaba peligrosamente alta.
“Yo intente controlar mi diabetes sin medicina porque la medicina cuesta mucho. Me sentía débil, faltaba al trabajo, y tenía problemas con mi visión.”
En Center for Healing and Hope, que viene siendo una agencia de cuidado urgente, le contaron a Felisa acerca del Centro de Salud Maple City.
El Centro de Salud Maple City ofreció la medicina que Felisa necesitaba a un precio asequible. Arely Pérez, la coordinara de cuidado de enfermedades crónicas, ayudó a Felisa a aprender maneras de controlar la diabetes.
Felisa se unió al Grupo Viviendo Saludable donde creó metas de salud para sí misma. Ella animaba a otros en el grupo a lograr sus metas mientras los demás también la animaban a ella.
“Lora, la trabajadora social del Centro de Salud Maple City, me ayudó a controlar mi estrés y me ayudo a solicitar Medicaid para mis nietos.,” dijo Felisa. Felisa perdió peso y bajo su nivel de azúcar en la sangre.
“El año pasado, me uní al club de jardinería del Centro de Salud Maple City,” dijo Felisa. “Compartíamos consejos, trabajábamos en el jardín, y cocinábamos la comida que cosechábamos.”
En el otoño del 2010, Felisa estaba tan entusiasmada con el club de jardinería, que se ofreció de voluntaria para ayudar a dirigir el grupo en el 2011.
En parte, gracias al liderazgo de Felisa, este año el jardín es más grande y mejor que nunca. Alrededor de quince familias participan y el club tiene nuevo nombre --- El Huerto Orgánico Casero (The Organic Kitchen Garden).
Al inicio de esta primavera Felisa y sus compañeros del jardín construyeron las estructuras para las camas del jardín, e instalaron las estructuras usando el terreno que le pertenece a la clínica al otro lado del callejón.
Al trabajar en el jardín varias veces a la semana a Felisa se le desarrollo un problema de transportación. Nayla Jiménez Cabezas, la gerente de la oficina del centro de salud, la ayudó a conseguir una tricíclica.
El nieto de Felisa de cuatro años de edad monta en la parte trasera de la bicicleta mientras que el nieto de seis años de edad monta su propia bicicleta.
“Dios me ha rodeado de personas gentiles y amables,” dijo Felisa. “Muchas veces están tan dispuestos en ayudar que yo no tengo que pedírselos.”
Una fuente para la fuerza de Felisa es su iglesia, La Iglesia Menonita del Buen Pastor.
“Mis hermanos y hermanas en la iglesia El Buen Pastor me animan y oran por mí, “dijo Felisa. Ellos me ayudan a buscar maneras de tener ingresos y me ayudan cuando los tiempos son difíciles.”
Pero Felisa se rehúsa a que la ayuda solo vaya de un lado para el otro.
Aparte de ser voluntario para El Huerto Orgánico Casero, Felisa cuida a niños mientras sus padres atienden a los Grupos Viviendo Saludable o a los Grupos Prenatales.
Felisa también ayuda a otros que se enfrentan a una vida con enfermedades crónicas. Ella les da inspiración a través de la manera que ella ha mejorado su propia salud y con su actitud de ayudar a personas sin importar las fronteras.
“Las personas crean fronteras pero yo pienso que a Dios no le importan las fronteras. A Dios no le importa en qué parte de la ciudad vivimos o si somos de México o Canadá,” dijo Felisa.
“Dios quiere que nos ayudemos unos a los otros sin importar donde vivimos o de dónde venimos.”